jueves, 9 de septiembre de 2010

Salmo 83, 3-6. 12

Ay, qué amable que es tu Casa,
Señor, Dios del Universo.


Se va consumiendo mi alma
de deseos por los atrios,
los pasillos y los patios
de la Casa del Señor.
Hasta el pájaro cantor
encontró un refugio terso
donde alabar con su verso
a quien su amor nos traspasa
Ay, qué amable que es tu casa,
Señor, Dios del Universo.


Feliz el hombre que habita
para siempre en tu mansión
y te eleva su canción
por tu bondad infinita.
Encuentran fuerza bendita
frente al tiempo más adverso
espantan al mal perverso
que la familia amenaza.
Ay, qué amable que es tu casa,
Señor, Dios del Universo.

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